miércoles, 31 de enero de 2007

CRÍTICA

DREAMGIRLS




Si hay un género que provoca reacciones viscerales ese es sin duda el musical, amado por muchos pero odiado por otros tantos, no suele darse el caso en que una película que pertenece a este género se convierta en un éxito de taquilla. La última película de Bill Condon, pretende ser un musical típico, pero que sea aceptado por aquellos que no son muy aficionados al género.
En esa tarea el director de películas como “gods and monsters” ha cumplido, la película se ve bien, en ningún momento agota lo cantado y las canciones son muy del agrado de cualquier aficionado. Donde falla Condon es en otorgar más fuerza a las imágenes, de guionizar mejor las partes no musicales y de atreverse a desprenderse del halo de teatralidad del conjunto, algo difícil, teniendo en cuenta que la película proviene de un éxito teatral de principios de los ochenta.
Envuelto de forma magistral gracias a unos decorados soberbios y sobre todo a un vestuario preciso y precioso, el montaje ágil en momentos necesarios y una fotografía, académica, pero que cumple. Condon sabe que un musical debe tener los materiales adecuados para ser tejido y es quizá su mayor acierto, en mostrar a través de sus técnicos, la vida musical de la época en ese círculo tan concreto como es la música negra, el r&b, el soul.
Muchas de las esperanzas las deja el director en su reparto, y en líneas generales, éste le responde. Digo en líneas generales porque Beyonce Knowles simplemente se pasea por la película, demostrando que si quiere ser actriz va a tener que esforzarse muy mucho, de hecho su única secuencia destacable es cuando interpreta el tema original “listen” donde se muestra poco más que correcta. Jaime Foxx, Anika Nani Rose y Dani Glover muestran su oficio estando bastante bien. Los más destacados son los que se han hecho con las candidaturas al Oscar, Eddie Murphy, que si bien, un Oscar por su interpretación es exagerado, hay que reconocer su buen hacer en varias secuencias y su gran capacidad para la canción. Y lo más destacado en toda la película es sin duda Jennifer Hudson, una triunfito que debuta en el cine de forma arrolladora, aparte de ser la mejor voz de la película, ésta gana cuando ella está en pantalla y como se puede leer en muchos sitios, parece claro que será ella la ganadora del Oscar, y mucha culpa la tiene la secuencia donde de forma magistral canta e interpreta la canción “I’m telling I’m not going”.

Lo mejor: Jennifer Hudson.

Lo peor: está muy vista, es poco original. Y Beyonce Knowles.

La escena: una de las mejores escenas del año “I’m telling I’m not going”.

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